Al fin parece que los italianos se podrán librar de Berlusconi, aunque a juzgar por los resultados electorales que se han venido sucediendo durante la última década lo deseábamos más nosotros que los propios italianos. Berlusconi ha resistido a acusaciones de sobornos, de delitos financieros de todas “la formas y colores”, a un sinfín de escándalos sexuales, a indicios que lo vinculaban con extorsiones y amenazas e incluso con la mafia. Pero il Cavalieri no ha podido soportar la presión de una prima de riego demasiado alta.