Durante la campaña electoral que precedió a las Elecciones Generales del pasado mes de noviembre oí un chiste. En él se encontraban dos individuos y uno le comunicaba a otro que había decidido votar a Alfredo Peréz Rubalcaba. El otro individuo muy interesado le pregunta por las razones de su voto y el primero afirma que Rubalcaba es de fiar porque sabe guardar secretos. Esto no hace más que confundir e intrigar más a su interlocutor y le pide que se explique. El futuro votante socialista le explica con calma que sí Rubalcaba -tal y como él afirmaba durante la campaña electoral- sabe como solucionar la crisis y durante los últimos años en el Gobierno de Zapatero no lo dijo significa que Rubalcaba es una persona discreta y que, como ya había dicho, sabe guardar secretos.
El último candidato socialista esta inmerso en otra campaña electoral junto a su compañera de partido Carme Chacón para dilucidar quien será el próximo Secretario General del PSOE. Lo dos candidatos, miembros del Gobierno de España durante los últimos años, buscan, según dicen ellos mismos, revitalizar el partido, renovarlo para recobrar la confianza de los electores en el futuro. “Más socialismo”, “para que gane la democracia”, “por un PSOE más unido” son algunos de los eslóganes más escuchados.
Como es habitual en política, al menos en los tiempos que corren, detrás del distorsionado ruido apenas se adivina algún sonido inteligible. Y el congreso del PSOE parece que será un buen ejemplo de política contemporánea. Las diferencias entre Chacón y Rubalcaba son tan intranscendentes, sí es que existen, que las semanas anteriores al 38º Congreso socialista los medios de comunicación, periódicos afines, los candidatos y su entorno se enzarzaron en discusiones bochornosas entorno al sexo, la edad y el origen territorial de los candidatos. Apenas una frase de contenido ideológico que nos dé alguna pista sobre las diferencias, o cuando menos matices, que uno u otro candidato puede aportar al futuro del partido con más votos de la oposición. Tanto Rubalcaba como Chacón afirman ser la garantía para la renovación del partido, sea lo que sea lo que esto signifique. Y esta (la renovación) parece ser la clave para recuperar la confianza de los electores. Me pregunto sí, aunque solo fuera por un instante, los flamantes candidatos no sospechan que quizá el abandono por parte del electorado socialista no tendrá que ver con la incapacidad del Gobierno Zapatero de dar respuestas satisfactorias a la crisis que nos ha tocado vivir.
Posiblemente ahora tanto Chacón como Rubalcaba conocen las soluciones precisas para sacarnos del lío en el que estamos metidos. Pero los dos son corresponsales de los errores que el gobierno socialista cometió durante la última legislatura. Y fuese por cobardía o por la ya famosa discreción socialista, ninguno de los dos candidatos a la Secretaria General de su partido aportaron las ideas que ahora aseguran tener pero que siguen guardando en secreto. Para admiración del protagonista de nuestra historia y desconcierto de todos los demás.